miércoles, 27 de enero de 2010

SKA-P ¿1996?

Qué buenos recuerdos...

Cuando Ska-P saltaba a la fama con su disco El vals del obrero yo tan sólo contaba 18 abriles y disfrutaba pateándome con los colegas - Amaya, la Vane, José Luis, Chema, Felipe-Fémur y el Chichas- en los garitos "alternativos" de Fuenla ("alternativos" porque la otra alternativa en Fuenla, como en casi todas partes, era el aún novedoso bakalao).

Pues bien, 14 años después, lamentablemente hay cosas que no cambian...

... Señoras y señores, con todos ustedes, desde Vallecas, Madrid... S K A - P !!!...


martes, 26 de enero de 2010

"Alicia en el país de las maravillas" de Lewis Carroll




Alice Liddell fotografiada por Lewis Carroll


Tal y como indica el poema que abre el libro, fue tras un paseo en barca por el río Támesis, acompañado por un reverendo amigo suyo y por las tres hermanas Liddell: Lorina Charlotte, Alice y Edith, de trece, diez y ocho años respectivamente, cuando Charles Lutwidge Dodgson, bajo el pseudónimo de Lewis Carroll, escribió Alicia en el país de las maravillas (1865), basado en las historias que les contó durante el paseo, de forma improvisada, a las niñas. La obra tuvo una gran acogida, lo que motivó la publicación de una segunda parte titulada: Alicia a través del espejo (1872).

El libro está repleto de juegos de palabras, adivinanzas, símbolos y metáforas que aluden satíricamente a amigos del propio autor, a la educación inglesa y a temas políticos de la época. Alicia en el país de las maravillas no terminará siendo más que el sueño de una niña y como tal un totum revolutum de situaciones absurdas cuyos protagonistas se han convertido, por méritos propios, en arquetipos de la literatura universal. ¿Quién no conoce al conejo obsesionado con el paso del tiempo, a la falsa tortuga, al sombrerero loco o al sonriente gato de Cheshire? En cierto modo, Alicia en el país de las maravillas, preanuncia a Joyce, Ionesco, Borges y al surrealismo.

Pero Lewis Carroll no sólo a pasado a la historia por sus obras literarias, gran aficionado a la fotografía, en la actualidad es considerado uno de los fotógrafos victorianos más importantes y el más influyente en la fotografía artística contemporánea.


Enlace de interés:

miércoles, 20 de enero de 2010

"Hambre" de Knut Hamsun



Siguiendo la recomendación de dos lectores de este blog, John Table y Alfonso, recientemente he leído la novela Hambre del escritor noruego Knut Hamsun.

He de reconocer que no había escuchado en mi vida el nombre de Knut Hamsun, y es que, a pesar de ser un escritor de culto galardonado con el Premio Nobel en 1920, Hamsun no deja de tener algo de "maldito" quizás por haber simpatizado con los dirigentes de la ocupación nazi de su país durante la II Guerra Mundial.

Hambre fue la primera novela publicada por Knut Hamsun, en 1890, a la edad de 31 años.

Una novela narrada en primera persona por su protagonista, del cual no conocemos ni su edad ni su pasado ni siquiera su nombre. Un personaje solitario e inadaptado, de carácter delirante, obsesivo, intempestivo y tendente a la doble personalidad, que deambula por Christiania (antiguo nombre de Oslo) tratando de conseguir algunas coronas para poder comer y dormir bajo un techo. Una miseria autoimpuesta por un personaje arrogante que ha decidido ser escritor a cualquier precio, llegando incluso a empeñar parte de la ropa que lleva puesta, en pleno invierno nórdico, para luego malgastar el dinero dándoselo impulsivamente a un mendigo, ¿por caridad o por autocomplacencia?

Hambre es considerada como la primera novela moderna de la literatura escandinava. Si bien mantiene un pie en la época naturalista el otro lo avanza hasta una época de experimentación psicológica que desarrollarán otros autores durante el siglo XX.

Con Hambre Hamsun desarrolló un estilo narrativo ágil y libre. Un estilo propio que influyó en gran medida en escritores como Thomas Mann, Henry Miller, Herman Hesse, Stefan Zwueig, Franz Kafka o Isaac Singer.

Fotografía tomada de No Fate.

martes, 19 de enero de 2010

Haití te necesita





lunes, 18 de enero de 2010

Chicago, el musical



El pasado 9 de enero fui a ver el musical Chicago, que se representa en el Teatro Coliseum de Madrid desde el 27 de noviembre.

Por circunstancias ajenas a mí (me regalaron las entradas) es la tercera reposición de Chicago que veo, las tres en Madrid y de las tres la actual es la que me ha parecido más floja.

Le falta energía y en mi opinión la escenografía es excesivamente austera. Uno cuando va a ver un musical (al menos yo) espera encontrarse con decorados imposibles, sofisticados atrezos y una tramoya muy efectista; o al menos esa es la imagen que tenemos de Broadway.

Respecto al reparto, Natalia Millán en el papel de Velma Kelly lo borda, pero Marcela Paoli y Manuel Bandera, como Roxy Hart y Billy Flynn, no me convencieron nada.

Las coreografías, muy buenas.

miércoles, 13 de enero de 2010

El monasterio de Uclés



Las pasadas navidades, una mañana en que media España amaneció nevada, me eché las cadenas al coche, me puse las botas de montaña y me fui de excursión a Uclés (Cuenca), a unos 100 km de Madrid por la autovía de Levante A-3 y luego unos 7 km por una carreterucha completamente cubierta por la nieve.


Poco antes de llegar a Uclés existe un mirador desde el que se disfruta de unas soberbias vistas sobre el conjunto de edificaciones, que parecen yuxtaponerse entre sí, en el cerro de El Portillo.


El monasterio forma parte de este gran conjunto de edificaciones construidas durante diferentes períodos de la Historia y que tuvieron sus orígenes durante la dominación musulmana, alcanzaron su plenitud como fortificación durante su posesión por parte de la Orden de Santiago, de la que eran su casa más importante, y adquirieron su aspecto actual una vez terminada la Reconquista.


Tras ser definitivamente conquistado por los cristianos, el rey Alfonso VIII cedió en 1174 el castillo a la Orden de Santiago. Con el paso del tiempo, se fue constituyendo un intrincado conjunto de dependencias en las que residían los miembros de la orden, que se unieron a la fortaleza y a la iglesia construida tras la conquista cristiana.



Tras el fin de la Reconquista, el conjunto de edificios sufrió una remodelación radical, que acabó con gran parte de los elementos defensivos del castillo (no así con las murallas, la primitiva iglesia y tres torres defensivas, que aún se conservan). Fruto del largo periodo de tiempo durante el cual se ejecutaron las obras, pueden apreciarse en el monasterio tres estilos arquitectónicos: plateresco, herreriano y churrigueresco. El ala este del monasterio, de la primera mitad del siglo XVI, se ejecutó en estilo plateresco. La iglesia, que ocupa el ala norte, y fue finalizada en 1602, es de estilo herreriano. El resto del monasterio, erigido durante el siglo XVII es de estilo barroco y culmina con su fachada churrigueresca, obra de Ribera.



Parte de los sillares utilizados para la construcción del monasterio fueron extraídos de las cercanas ruinas romanas de Segóbriga, a tan sólo 10 km.

Las vistas de los campos castellanos nevados y de Uclés desde el monasterio son todo un recreo...




Uclés forma parte de la ruta turístico-literaria denominada "Triángulo manriqueño", junto con las también conquenses Castillo de Garcimuñoz y Santa María del Campo Rus, tres lugares donde discurrió la última etapa de la vida del poeta: en Castillo de Garcimuñoz fue herido de muerte cuando luchaba con las tropas de Isabel la Católica frente al marqués de Villena, en Santa María del Campo Rus murió y en el antigua fortaleza de Uclés se le dio sepultura, junto a su padre, que fue maestre de la Orden de Santiago. En la construcción del actual monasterio las tumbas fueron removidas y hoy en día se desconoce tanto el lugar del enterramiento como el destino de los restos mortales de ambos personajes.


Según reza una placa conmemorativa ubicada en un cementerio anexo al monasterio, "en julio de 1936 el monasterio de Uclés fue saqueado y 11 monjes agustinos fueron asesinados. Hasta 1942 el edificio estuvo destinado a hospital y prisión militar. Durante esos años murieron unos 500 hombres".


En el interior del monasterio se han rodado varias películas; recientemente la taquillera Alatriste (2005) del director Agustín Díaz Yanes.


Nota: No pude visitar el interior del monasterio. Tras colarme por una puerta de servicio, literalmente hasta la cocina, y preguntar a la cocinera si podía visitarlo, ésta muy amablemente me contó que la portera, responsable de las visitas turísticas, no había podido llegar debido a la nieve... Habrá que volver.

Actualizo esta entrada el 1 de marzo de 2010 con fotos del claustro tomadas ayer:



 
Fuentes: Paneles informativos y placas conmemorativas situados en el monasterio de Uclés y http://www.monasteriodeucles.com/

domingo, 10 de enero de 2010

El castillo de Garcimuñoz



El castillo de Garcimuñoz se encuentra en la localidad del mismo nombre, provincia de Cuenca, junto al punto kilométrico 156 de la autovía de Levante, A-3.

Construido de sillarejo y argamasa, su planta tiene forma de cuadrado irregular, con fuertes y reforzados muros de tres metros de espesor, flanqueados por gruesos torreones circulares y anchas plataformas para emplazar las piezas de artillería. En el siglo XVII se construyó en su recinto la iglesia parroquial, que inscribe su torre cuadrada en uno de los cubos de la muralla.



Tuvo en tiempos dos plantas más la baja, dispuestas en torno a un patio central o patio de armas. En la primera planta destacan troneras de última época, denominadas de cruz y orbe. En el segundo piso de su lado Noroeste destacan cinco ventanas góticas con forma de cruz. Tanto en los lienzos como en los cubos posee el clásico cordón o bocel decorativo, característico de las fortificaciones del siglo XV.

Las ventanas del primer y del segundo piso en sus alas Noroeste y Suroeste dan testimonio de que una parte del castillo tuvo finalidad palaciega.

La portada, que es una joya entre los castillos de España, está hecha con sillares. Su estilo es gótico isabelino y semeja un retablo de piedra tallada suspenso sobre el muro.



Levantado sobre un antiguo alcázar árabe, la historia del castillo de Garcimuñoz se encuentra estrechamente vinculada a la del gran Señorío de Villena. Siendo este castillo junto al de Alarcón, Chinchilla y Villena los baluartes defensivos más importantes del Señorío.

Por el castillo de Garcimuñoz han pasado nombres tan célebres como Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X el Sabio, nieto de Fernando III el Santo y autor de El conde Lucanor, quien residió en la fortaleza durante buena parte de la primera mitad del s. XIV. Pero el castillo alcanzó notoriedad eterna el día que, asaltando sus muros, cayó herido Jorge Manrique cuando luchaba contra el Marqués de Villena, en 1479, en una emboscada tendida por los habitantes del pueblo. Hombre de armas y letras, Jorge Manrique fue enterrado en el cercano monasterio de Uclés.



La fortaleza nombrada
está en los altos alcores
de una cuesta,
sobre una peña tajada,
maciza toda de amores,
muy bien puesta;
y tiene dos baluartes
hacia el cabo que ha sentido
el olvidar,
y cerca a las otras partes,
un río mucho crecido,
que es membrar.


El muro tiene de amor,
las almenas de lealtad,
la barrera
cual nunca tuvo amador,
ni menos la voluntad
de tal manera;
la puertas de un tal deseo,
que aunque esté del todo entrada
y encendida,
si presupongo que os veo,
luego la tengo cobrada
y socorrida.
 
Fragmento de Castillo de amor de Jorge Manrique.


Fuentes: CastillosNet y Wikipedia

viernes, 8 de enero de 2010

Primera nevada del año



La tercera nevada que me coge en carretera en menos de un mes... ¡Y aún me cuesta un huevo poner y quitar las cadenas!

Os dejo algunas fotos de mi paso hoy por las provincias de Albacete y Cuenca.





lunes, 4 de enero de 2010

2666 - Roberto Bolaño




Hace ya varios años que quería leer 2666: desde su publicación en 2004 y tras leer varias opiniones de los lectores y algunos artículos de la crítica literaria, todos ellos alabando la obra póstuma del chileno Roberto Bolaño. Algunos críticos consideran esta ingente novela, de 1.120 páginas, como una obra maestra de la literatura en español. Traducida al inglés en 2008, recientemente ha sido galardonada con el premio a la mejor novela de ficción de 2008 por el Círculo Nacional de Críticos Literarios de Estados Unidos.

Yo no puedo decir que su lectura me haya decepcionado, pero lo cierto es que no ha llegado a engancharme tanto como esperaba. En 2666 no se cuenta una historia, sino muchas historias que funcionan como piezas de un mismo puzzle que el lector debe ser capaz de montar. Esta multiplicidad de historias, personajes, lugares e incluso épocas, junto a una estructura compuesta por cinco capítulos cuasi independientes y final abierto, hacen que 2666 sea una novela de no fácil lectura y de múltiples interpretaciones, tantas como lectores. Además, conviene saber que en 2666 se alude con cierta frecuencia a elementos o situaciones de obras anteriores de Bolaño, por ello hay quien recomienda leer primero cualquier otra novela del autor, de dimensiones más asumibles, como Los detectives salvajes (1998) o Amuleto (1999), antes de adentrarse en "un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento", que supone 2666, según cita de Baudelaire que aparece al comienzo del libro.

De forma muy resumida algunos críticos consideran que el argumento de la novela gira en espiral alrededor de dos ejes: uno es la literatura, encarnada en el escritor alemán Beno von Archimboldi, y el otro la violencia, presente principalmente en la descripción de los asesinatos de mujeres ocurridos en Santa Teresa, trasunto literario de Ciudad Juárez.

En cuanto al significado de su enigmático título nada se dice en la novela; pero podemos encontrar una pista de lo que puede significar 2666 en otra novela de Bolaño, Amuleto, basada en otro hecho violento, la matanza estudiantil de Tlatelolco, ocurrida en México DF el 2 de octubre de 1968:

“Los vi caminar a paso ligero por Bucareli hasta Reforma y luego los vi cruzar Reforma sin esperar la luz verde, ambos con el pelo largo y arremolinado porque a esa hora por Reforma corre el viento nocturno que le sobra a la noche, la avenida Reforma se transforma en un tubo transparente, en un pulmón de forma cuneiforme por donde pasan las exhalaciones imaginarias de la ciudad, y luego empezamos a caminar por la avenida Guerrero, ellos un poco más despacio que antes, yo un poco más deprisa que antes, la Guerrero, a esa hora, se parece sobre todas las cosas a un cementerio, pero no a un cementerio de 1974, ni a un cementerio de 1968, ni a un cementerio de 1975, sino a un cementerio de 2666, un cementerio olvidado debajo de un párpado muerto o nonato, las acuosidades desapasionadas de un ojo que por querer olvidar algo ha terminado por olvidarlo todo”.

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