lunes, 20 de abril de 2009

De ruta por La Mancha 1/3


19 de marzo de 2009, jueves.


El Toboso: "Patria de Dulcinea"

Apenas a 145 kilómetros de Madrid, aún en la provincia de Toledo, se encuentra El Toboso, famoso en todo el mundo gracias al personaje cervantino de Dulcinea. En él puede visitarse la "casa natal" de la amada de Don Quijote, una casa de labor típicamente manchega del siglo XVI, de planta rectangular y dos alturas, con una tercera en la parte central a modo de torreón. En realidad se trata de la antigua residencia de una vecina histórica de El Toboso, doña Ana Martínez Zarco de Morales, de la que al parecer anduvo enamorado el mismísimo Miguel de Cervantes. Mención especial merece el bucólico palomar de la casa, aún en uso y visitable como el resto de dependencias.


En El Toboso igualmente bien merece una visita el Museo Cervantino, en donde se exponen más de 300 ediciones de El Quijote en diversos idiomas, conseguidas en su gran mayoría gracias a la idea que en 1927 tuvo el alcalde de la localidad, a quien se le ocurrió pedir a cada embajador destacado en España una edición de El Quijote hecha en su respectivo país, con la firma del propio embajador o, si fuera posible, del presidente o primer mandatario del mismo. Y la mayoría las mandaron. Así en el Museo Cervantino podemos encontrar ediciones firmadas por Benito Mussolini o el General Franco; una edición de 1979 firmada por el Sha de Persia, poco antes de que Jomeini le expulsara del trono; una edición irlandesa escrita con caracteres celtas; varias ediciones en esperanto tituladas Don Kihoto de la Manco; y como anécdota curiosa una edición alemana de Las canciones de los Nibelungos, firmada por Hitler, el cual prefirió enviar esta obra a la cervantina. Igualmente interesantes y de incalculable valor son algunas ediciones que contienen ilustraciones de Doré, Dalí, Picasso o Mingote.


Campo de Criptana: "Tierra de gigantes"

Tan sólo 18 kilómetros separan Campo de Criptana de El Toboso. Su principal atractivo son los molinos de viento que confundiera Don Quijote con gigantes. Actualmente quedan en pie menos de una decena de los 34 que hubo en la antigüedad. Los más antiguos son del siglo XVI.


Lo cierto es que en la actualidad el lugar no es muy fotogénico, debido a que está permitido aparcar al pie de los molinos y hay coches por todas partes. Para sacar buenas fotografías es mejor visitar, al atardecer, los molinos de la cercana localidad de Consuegra, con castillo del siglo XII incluido.


Argamasilla de Alba: "el Lugar de la Mancha"

Recorremos 40 kilómetros más y llegamos a Argamasilla de Alba. Esta villa cervantina posee dos edificios que rememoran hechos quijotescos: la Casa de Medrano y la Casa del Bachiller Sansón Carrasco.


Existe una tradición de comentaristas del Quijote y biógrafos de Cervantes que afirma que en los sótanos de la Casa de Medrano Miguel de Cervantes Saavedra sufrió prisión, concibiendo allí su inmortal obra Don Quijote de la Mancha, tras haber conocido al hidalgo "demente" don Rodrigo de Pacheco (que curiosamente tenía una hermana llamada Aldonza) y lo habría tomado como "modelo" de su caballero andante. Si bien conviene saber que no son pocos los críticos literarios que echan por tierra estas teorías con argumentos muy convincentes.

En la actualidad la Casa de Medrano acoge la Oficina de Turismo de la localidad y tras varias rehabilitaciones poco o nada queda de la casa del siglo XVII que conociera Cervantes; si bien la cueva donde estuviera encerrado aún se conserva y puede visitarse.

En el número 1 de la calle Académicos, se encuentra una casa típica manchega en la cual, según la tradición, vivió D. Alonso López, personaje conocido como "el Bachiller Sansón Carrasco", Caballero de los Espejos, del Quijote. En la actualidad el edificio se encuentra en estado ruinoso y no es visitable.

Lagunas de Ruidera

A unos 12 kilómetros de Argamasilla de Alba se encuentra el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, un auténtico oasis en contraste con la aridez que lo circunda. El Parque lo conforman el embalse de Peñarroya y un total de 16 lagunas longitudinales, escalonadas y conectadas entre sí por hermosas cascadas. Alrededor de las playas que se forman en algunas de las lagunas se han construido urbanizaciones de apartamentos turísticos y pequeños complejos hoteleros que difícilmente encajan con el entorno.


Así mismo, se trata de un lugar de indudables resonancias cervantinas. En el interior del parque, cerca de la población de Ossa de Montiel, se encuentra la Cueva de Montesinos, a la que Cervantes se refiere en los capítulos 22 y 23 de la segunda parte del Quijote.

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