domingo, 27 de septiembre de 2009

USA. Día 7: Los amish de Pennsylvania Dutch Country


16 de junio de 2009, martes.



A pesar de que el motel no era muy confortable y que por el mismo precio seguramente pueden encontrarse alojamientos mejores por la zona, lo cierto es que estábamos tan cansados que dormimos de un tirón hasta las nueve de la mañana.

Cuando bajamos a desayunar, en la recepción había un joven de rasgos hindúes o pakistaníes, muy amable, que cuando me vio sacar fotos de casi todo como un japo, quiso contarme la historia del antiguo caserón, en donde se encuentran la recepción del motel y el comedor, e incluso me enseñó algunas dependencias que conservan parte de su decoración original y que se encuentran cerradas a la clientela.

Este motel de la cadena Rodeway Inn, situado al sureste de Lancaster, al parecer había sido hasta hace no muchos años la casa de una familia amish, que había vivido aquí cuidando de sus animales y de su huerto, ahora convertido en área de aparcamiento.

Cuando terminamos de desayunar cogimos el coche y nos fuimos a recorrer las carreteras secundarias de esta región conocida como Pennsylvania Dutch Country con el fin de aprender algo más sobre el estilo de vida de las familias amish.

La región de Pennsylvania Dutch Country abarca un territorio de unos 30 km de largo por 25 km de ancho, al este de Lancaster. Esta zona es habitada por comunidades religiosas anabaptistas como los amish y los mennonitas. Estas comunidades cristianas protestantes, perseguidas en sus países de origen, principalmente Suiza y Alemania, se instalaron a principios del siglo XVIII en el estado fundado por el cuáquero William Penn, que promulgaba la libertad religiosa. Al hablar dialectos alemanes, se les acabó conociendo con el sobrenombre "dutch", por derivación del vocablo "deutsch". De hecho, hoy en día, las comunidades amish siguen hablando un dialecto alemán conocido como "deitsch", y en la región existen multitud de poblaciones con nombres centroeuropeos como Strasburg o Soudersburg y otras con nombres tan curiosos como Paradise, Bird in Hand o Ephrata.

La mayoría de las familias amish viven en bucólicas granjas diseminadas por toda la región. Mantienen una forma de vida extremadamente austera, similar a la mantenida por sus antepasados en el siglo XVIII, tratando de mantenerse alejados de las influencias del mundo moderno. Valoran en gran medida la autosuficiencia del grupo y en general reniegan de todo aquello que pueda hacerles dependientes o derivar en la vanidad personal, como la televisión, la fotografía, el automóvil o incluso la electricidad. Es cuanto menos curioso que, en el país tecnológicamente más avanzado del mundo, los amish sigan trabajando la tierra de forma tradicional, sin usar maquinaria moderna, con aperos tirados por animales, y usando como medio de transporte carretas o buggies tirados por caballos. Estudian hasta los 14 años en sus escuelas y no realizan estudios universitarios. Trabajan mayoritariamente en el campo y en la construcción, siendo excelentes carpinteros. Además, pagan sus impuestos como cualquier ciudadano, pero sin embargo no aceptan las ayudas sociales, económicas o sanitarias del gobierno y ni siquiera hacen uso de sus escuelas.

Su aspecto físico y su vestimenta son otro de sus rasgos distintivos. Las mujeres llevan vestidos largos muy sencillos y generalmente cubren su cabello, recogido en un moño, con una cofia, blanca si están casadas y negra si están solteras. Los hombres visten pantalones oscuros con tirantes, camisas generalmente blancas y sombreros de ala ancha, generalmente de paja. Después de casarse pueden dejar crecer su barba, pero no el bigote, ya que lo consideran un símbolo del ejército y son pacifistas. Algo parecido pasa con los botones en algunas comunidades amish, teniéndolos prohibidos en sus ropas por considerarlos igualmente un referente del ejército.

Irónicamente, los amish se han convertido en una atracción turística, que atrae especialmente al turismo interior, haciendo que proliferen en la zona los centros comerciales, las cadenas de restaurantes, los alojamientos hoteleros y museos tan conocidos como el "The Amish Village". A pesar de ello, los amish "de verdad" hasta el momento parecen permanecer ajenos a este desarrollo y todavía no les ha dado por montar tenderetes con sus productos y artesanías, convirtiéndose, como ocurre con otras minorías por todo el mundo, en personajes de circo...

Bien es cierto que las tiendas o tenderetes de souvenirs también están proliferando en el Pennsylvania Dutch Country, pero éstas son regentadas y trabajadas por ciudadanos "modernos" disfrazados de amish.

Por la tarde nos acercamos a Columbia, pues nos hacía ilusión ver el río Susquehanna, tan sólo por que nos gustaba su nombre. Este río es uno de los más largos de la costa Este, atraviesa el estado de Pennsylvania de norte a sur y curiosamente contrasta su enorme anchura, de casi una milla en esta zona, donde delimita los condados de York y de Lancaster, con su escasa profundidad.

Quisimos continuar hasta York para visitar una fábrica-museo de Harley-Davidson (1425 Eden Road, York, PA), pero leyendo un folleto turístico vimos que ésta sólo realizaba tours por las mañanas de 9 a 14; así que decidimos aprovechar lo que quedaba de tarde comprando ropa en los Outlets cercanos al motel. Estuvimos en uno llamado Tanger, que tenía tiendas de las principales marcas a precios inferiores que las rebajas del Zara: CK, DKNY, Dockers, Levis, Ralph Lauren, Tommy Hilfiger, etc...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante que hoy día podamos disfrutar este tipo de vida, en un mundo tan cambiado, como lo es el de hoy.

Augusto César Escudero Adames dijo...

Si viviéramos en un mundo sencillo, espiritual y unido,como es este, las cosas hoy en día fueran mejores.

joseph dijo...

Felicidades, tenemos bastante de aprender de ustedes y me gustaría visitar los amish, para vivir un poco esa vida antigua, que aun vive en los corazones de los amish.

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