Hace algunos meses, durante mi estancia en Caudete, tomé estas fotografías de una casa de campo en ruinas junto al talud de las vías del futuro AVE Madrid-Alicante.
Uno no puede dejar de sentir una especie de placer arqueológico cuando descubre este tipo de ruinas y se decide a explorarlas. Cualquier objeto encontrado, por nimio que sea, hace que te preguntes por su historia, por sus habitantes, por las experiencias allí vividas...
Yo, en el momento de tomar estas fotografías, me acordaba de los versos de Gastón Baquero:
Hoy he vuelto a la casa donde un día
mi infancia campesina conociera
el pavor y la extraña melodía
de encontrar otra vez lo que muriera.
Ya nada atemoriza, nada altera
el ritmo de la sangre. Aquí vivía
(cuando era mi vida primavera)
la que a los niños en dioses convertía.
Vacío el caserón, rotas las jarras
que las rosas colmaron de belleza,
en vano vine en busca de mí mismo:
todo es inútil ya, perdidas las amarras,
y vencedoras las ruinas, es la pobreza
la única rosa nacida en el abismo.
5 comentarios:
Hermosa toma, hermoso poema. Las casas abandonadas y en ruinas tienen un algo especial. Detenemos en ellas el tiempo con nuestras tomas...
Siempre es un placer visitar tu blog.
Un saludo
Veo que esto es una enfermedad bastante común... Me encanta el cielo de la primera foto. Abrazo.
me parecen fabulosas las fotografias
saludos
Esta muy chulas todas esas fotos! la verdad es que tu texto no se queda atras :)
Como siempre, mis fotos "ruinosas" favoritas.
Salu2, Guillermo
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