miércoles, 25 de julio de 2007

Italia. Día 1: Nápoles

Muy buenas a todos!

Se me acabaron las vacaciones de verano. Hay qué ver lo que tardan en llegar y lo rápido que se terminan... Ahora a resignarse toca, bueno al menos me queda disfrutar recordándolas en este blog.

Al final el recorrido que realizamos fue el siguiente:

08/07 Nápoles
09/07 Pompeya
10/07 Roma
11/07 Roma
12/07 Roma
13/07 Florencia
14/07 Florencia
15/07 Florencia
16/07 Pisa y Siena
17/07 Venecia
18/07 Venecia y Vicenza
19/07 Verona y Milán
20/07 Milán

La verdad es que acerté con la previsión de días para cada ciudad y nos dio tiempo a ver todo aquello que nos interesaba sin demasiadas prisas. Lo pasamos estupendamente, a pesar de que los primeros días como veréis fueron algo accidentados, y entre otras cosas este viaje nos ha servido para quitarnos muchas ideas preconcebidas que teníamos sobre Italia y los italianos. Pero empecemos por el principio:

Día 1: Nápoles.

8 de julio de 2007, domingo.

Madrugamos muchísimo ya que, para aprovechar el día, cogimos el vuelo de Nápoles a primera hora de la mañana.

Aterrizamos en Nápoles hacia las 11:00 y en el aeropuerto tomamos un autobús hasta el centro (Pza. Garibaldi). Al llegar allí la primera impresión no es muy agradable, uno se encuentra ante una ciudad de fachadas mugrientas, calles sucias y malos olores. En la plaza varios grupúsculos de gente de vida poco alegre parecen no quitarnos la vista de encima y yo me agarro a la maleta como si me agarrase a la vida. Localizamos en un plano nuestro hotel y como podemos nos dirigimos hacia él. La verdad es que resulta difícil salir de esta plaza debido al caótico tráfico, a la inexistencia de pasos de peatones y a que todos los semáforos parpadean en ámbar. Cómo os lo cuento... ¡Menuda locura! Uno llega a preguntarse si se habrá equivocado de avión. Pues más que a una ciudad europea uno parece haber ido a parar a alguna ciudad en medio del Magreb.

Finalmente llegamos a nuestro hotel, el Hotel D'Anna http://www.hoteldanna.it/ , viejo y con mal aspecto, pero con habitaciones enormes, limpias y económicas y además está a tan solo cincuenta metros de la estación del tren. Dejamos nuestro equipaje y salimos a pasear por la ciudad.

La verdad es que Nápoles no tiene demasiado para ver y quizás sus mayores atractivos sean: aquellos edificios y monumentos que vinculan históricamente a Nápoles con los reyes aragoneses; el Museo Arqueológico Nacional, donde se encuentra parte de la colección de arte de los Farnese, de relevante importancia algunas formidables esculturas de la Roma antigua; y las famosísimas pizzas, al parecer de invención napolitana.



Nosotros paseamos por Spaccanapoli, donde probamos unas deliciosas pizzas en una terraza y de postre los no menos famosos gelatos. Después, con las pilas cargadas, visitamos la catedral; la iglesia de San Domenico Maggiore, en cuya sacristía se encuentran 45 cofres con los restos de los príncipes de Aragón y otros nobles; la iglesia de Gesú Nuovo; el Museo Arqueológico Nacional, donde quedamos estupefactos ante el Toro Farnese; las plazas de Dante, de Trento e Trieste y del Plebiscito; la Galleria Umberto I, un lujoso centro comercial inaugurado en 1900; el suntuoso Teatro San Carlo, la ópera más grande de Italia; el imponente Castel Nuovo; y ya de noche la Fontana di Nettuno, obra de Bernini.



Después de tremenda paliza, lo único que nos apetecía era meternos en la cama, además al día siguiente pensábamos madrugar pues queríamos que nos diera tiempo a visitar Pompeya por la mañana y ascender al cráter del Vesubio por la tarde. Cenamos en un chino muy cerca de la Fontana y regresamos caminando hasta el hotel por avenidas sin iluminar, totalmente a oscuras, sin más luz que la de los vehículos que circulaban caóticamente por la calzada a toque de claxon y muy pendientes de esquivar a aquellas motos que repentinamente invadían nuestra acera para saltarse los atascos. Definitivamente estábamos en el tercer mundo...

Al llegar a la habitación toco susto: a Diana le habían salido unos ronchones de granitos rojos por todo el cuerpo, quizás algo le había dado alergia o quizás era debido a la fatiga, la verdad es que el paseo había sido demasiado largo y más aún para una embarazada. Decidimos acostarnos con la esperanza de que a la mañana siguiente hubieran desaparecido.

jueves, 5 de julio de 2007

Dos pájaros de un tiro


Espectacular el recital que dieron anoche Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina en el Anfiteatro de la America´s Cup. Ocho mil valencianos (y entre ellos al menos 2 madrileños) pudieron disfrutar de los temas más emblemáticos de los dos genios. Canciones como Penélope, Cantares, Para la libertad, Fiesta y Mediterráneo, de la discografía del primero, y Contigo, Ruido, Más de cien mentiras, Que se llama soledad y mi preferida: Peces de ciudad, de la del segundo, fueron coreadas por los entusiasmados espectadores hasta la una y media de la madrugada. Diana, embarazada como está de cuatro meses, en pleno éxtasis llegó a gritar "Sabina quiero un hijo tuyo"... ¡Qué triste! :D

Como ellos muy bien han dicho en alguna entrevista, cantaron "juntos, solos y revueltos", fusionando canciones y bromeando entre tema y tema de su estado de salud y de sus vicios: "el chico tiene buena voz, pero bebe demasiado", dijo Sabina de su compañero de gira. Serrat le devolvería más tarde el golpe diciendo: "porque está algo jodido y quizá hoy sea la última oportunidad de verlo en concierto". Pero la gran sorpresa de la noche llegó cuando interpretaron juntos el tema Contigo, cantando Serrat en castellano y Sabina en catalán. El público estallaba en carcajadas.

Respecto a las lenguas apocalípticas que no cesan de hablar de la mala salud de ambos, profetizando incluso que con esta gira se despiden para siempre de los escenarios, decir que Sabina lucía un magnífico aspecto (me da que se nos está volviendo metrosexual), buena voz y derrochaba energía por todos los poros; en cambio Serrat si me pareció muy desmejorado, faltándole la voz incluso en algunos momentos.

Debido al lleno total esta noche repetirán su éxito a orillas del Mediterráneo. Nosotros tal vez nos acerquemos a escucharlos desde la playa.


Para más detalles sobre la gira http://www.dospajarosdeuntiro.es/





Peces de ciudad:

Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d'Austerlitz.

Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.

Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.

En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la libertad,

pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar

y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.

El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.

En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.

Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un liguero de mujer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.

domingo, 1 de julio de 2007

Italia: plan de viaje

¡Una semana justita y salimos para Italia!

El próximo domingo, 8 de julio, volaremos a Nápoles, donde comenzaremos nuestro recorrido de casi dos semanas por un país considerado en sí mismo como una galería de arte. De hecho, hay quien dice que más de la mitad del patrimonio histórico-artístico del mundo se encuentra en este país. Quizás exageren un poquito.




Este viaje, como viene siendo habitual, lo realizaremos por libre, sin intermediarios, ni agencias. Y el viernes, 20 de julio, deberemos estar en Milán para tomar el vuelo de regreso a Madrid.

Este es el recorrido previsto:

08/07 Madrid - Nápoles (Pompeya y Vesubio)
10/07 Nápoles - Roma
13/07 Roma - Pisa - Florencia (Siena)
17/07 Florencia - Venecia (Vicenza)
19/07 Vicenza - Milán
20/07 Milán - Madrid

Los vuelos van por cortesía de Iberia Plus, los trayectos entre ciudades los realizaremos en tren con un billete de Interrail para 6 días y los alojamientos los reservé, como otras veces, a través de la web http://www.inter-rail.org/ Donde es muy fácil encontrar alojamiento para todos los bolsillos. También tenemos previsto pasar un par de noches en Vicenza en casa de una amiga cubana, desde donde realizaremos excursiones a Venecia.


Ya os contaré que tal se nos ha dado a la vuelta...

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