Con nocturnidad y por sorpresa comenzó el pasado 24 de octubre el derribo de la Cárcel de Carabanchel en contra de las asociaciones vecinales que, con el apoyo de Izquierda Unida y del CSIC, pedían que el recinto, símbolo de la represión franquista, se convirtiera en un Centro para la Paz y la Memoria.
La Cárcel fue construida entre 1940 y 1944 con el esfuerzo de más de mil presos políticos sometidos a trabajos forzados. Se mantuvo en funcionamiento hasta 1998 y en ella sufrieron condena personajes tan conocidos como Jarabo, ejecutado mediante garrote vil el 4 de julio de 1959, o Marcelino Camacho, dirigente de Comisiones Obreras.
Desde su cierre, el recinto penitenciario ha sido refugio de ocupas, inmigrantes y toxicómanos, escenario de grafiteros y la Meca de los amantes de la fotografía urbana y de las edificaciones en estado decadente. En la actualidad, la Cárcel de Carabanchel también estaba siendo objeto de estudio para historiadores, arqueólogos y antropólogos.
Tras su demolición se levantarán en el solar de casi 172.000 m2: 650 viviendas, una escuela de estudios penitenciarios, un hospital y zonas verdes.
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