miércoles, 12 de diciembre de 2007

Italia. Día 13: Milán



20 de julio de 2007, viernes.


Es nuestro último día en Italia. Disponemos de la mañana para visitar los lugares más populares de la ciudad. A la tarde tomaremos el vuelo de regreso a Madrid.

Lo primero que hacemos es dejar nuestra maleta en la consigna de la Stazione Centrale, ya que desde allí hacia las cuatro de la tarde tomaremos el autocar lanzadera Malpensa Shuttle hasta el aeropuerto por cinco euros. El aeropuerto de Malpensa está a unos cincuenta kilómetros de Milán y un taxi nos costaría unos setenta euros.

Después tomamos el metro hasta Cadorna Triennale. Muy cerca de allí se encuentra una de las obras de arte más famosa del mundo: La última cena de Leonardo Davinci. Este maravilloso mural decora una de las paredes del Cenacolo Vinciano, el refectorio adjunto a la Chiesa di Santa Maria delle Grazie. Nosotros finalmente no pudimos acceder al Cenacolo, pues para poder ver La última cena es imprescindible haber reservado al menos con uno o dos meses de antelación en la web http://www.cenacolovinciano.org/, ya que el acceso está limitado a veinticinco personas cada quince minutos.

Desde Santa Maria delle Grazie caminamos hasta el Castello Sforzesco, en el que destacan sus imponentes torreones provistos de troneras, saeteras y matacanes. El mismo Davinci tomó parte en el diseño de sus defensas.


Después, tras un breve descanso en el cercano parque Parco Sempione, recorrimos la Via Dante hasta llegar a la Piazza del Duomo para visitar la formidable catedral del gótico tardío, con su fachada de mármol cuajada de pináculos, estatuas y una telaraña de arbotantes. En su interior se encuentran valiosas reliquias, obras de arte y otras cosas interesantes como una escultura que parece representar una de esas ilustraciones sobre el aparato locomotor que aparecían en los libros de ciencias naturales de la escuela.


Salimos de la catedral y camino de la famosa opera La Scala, cruzamos la Galleria Vittorio Emanuele II, un centro comercial del siglo XIX más conocido como il salotto di Milano (el salón de Milán) por sus elegantes cafés. Su construcción es casi idéntica a la de la Galleria Umberto I que habíamos visto en Nápoles y ambos me recordaban -salvando las distancias- al centro comercial Zubiarte, en cuya construcción colaboré durante los veinte lluviosos meses que pasé en Bilbao, entre 2003 y 2005. Los tres centros comerciales se componen de edificios independientes, conformando entre ellos galerías que se cubren con una estructura tridimensional de hierro y vidrio y utilizan elementos decorativos clásicos.

Vittorio Emanuele II


Zubiarte

Al salir de la Galleria nos topamos con La Scala, probablemente la ópera más famosa del mundo, alojada en un edificio cuyo exterior no la hace justicia -la verdad es que esperábamos encontrarnos con un edificio más imponente-. Se puede visitar el interior pero nosotros preferimos no hacerlo y fuimos a buscar un lugar donde comer camino de la Stazione Centrale. Después de trece intensos días de viaje, con más de 20 horas y 1.500 kilómetros en tren, llegó el momento de regresar a casa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó tu itinerario!!
Es mas o menos lo que pienso hacer...pero he tomado algunas ideas más jeje!
Saludos. Pamels.

Anónimo dijo...

Me encantó tu itinerario!!
Es mas o menos lo que pienso hacer...pero he tomado algunas ideas más jeje!
Saludos. Pamela.

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