Ya no tocaba la bella
la campana de l’Alhambra
porque en las Torres Bermejas
bañaba de plata el alba.
Cuando, sin haber dormido
recuerda el moro Abenámar
con más cuidado que sueño
que mal duerme quien bien ama.
Y viendo que sale el sol
y que no sale Daraxa
con lágrimas de sus ojos
aqueste llanto acompaña:
«Si amanece el alba
bordando los cielos
para mí con celos
anochece el alma».
Paso llorando la noche,
aguardando la mañana,
y es de condición tu sol
que, no saliendo, me abrasa;
vanse tus claras estrellas
en mi desengaño claras,
y aunqu’el sol no es para mí
que para mí todo es agua,
¿qué importa qu’el sol hermoso
de las Indias venga y vaya
a traer a España el día
si se esconde el de tu cara?
Si amanece el alba
bordando los cielos
para mí con celos
anochece el alba.
Esta mañana, camino del trabajo, apretujado en el vagón de metro como cada mañana, pude leer, en una de las pegatinas ilustradas de la conocida campaña Libros a la calle, esta joya morisca. Un hermoso romance escrito en el siglo XVII.
Al parecer, el poema viene recogido en el libro La literatura secreta de los últimos musulmanes de España, recientemente editado con motivo del cuarto centenario de la expulsión de los moriscos.
Fotografía tomada de http://nomadas.abc.es/usuario/myghelon/
5 comentarios:
Y sí que es una joya!!
No lo conocía y me ha encantado.
Muchísimas gracias por compartirlo.
Buen fin de semana.
Besos.
Me quede en Pegatina , luego ilustrada y ahi ya se me fue el coco ...
Que tal por los Mandriles¿?
un beso primo :D
En estos versos caben todas las historias del amor universal e inmortal que nos moverá siempre.
Totalmente actuales.
Besitos
Ingelmo…
Un saludo desde mi “nueva” Karrocería, te mando un recordatorio en mi última entrada desde La Malva-rosa….
Un abrazo.....
Me encanta leer esas pegatinas, deberían poner más y más extensas.
Besos.
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