Hace un par de semanas me toco viajar -de nuevo por trabajo- a Zaragoza y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me dejé caer por la Expo.
Pero antes de pasar a hablar de la Exposición Internacional me gustaría dejar una breve mención de una de las estaciones de tren más bellas que he conocido, la del AVE Zaragoza-Delicias.
Catedral de la modernidad, proyectada por los arquitectos Carlos Ferrater, José María Valero y Félix Arranz y el ingeniero Juan Broseta, con un gran espacio interior de más de seiscientos metros de largo por ciento ochenta de ancho, configurado por tres vestíbulos que organizan las circulaciones de los viajeros a través de una zona de salidas y otra de llegadas y el "transfer", a través de un acceso central subterráneo.
Pero lo que llama especialmente la atención es su enorme cubierta de 40 hectáreas, elevada a 30 metros de altura de los andenes y que desde el interior parece flotar en el aire por la ausencia de pilares, cerchas y otros elementos sustentantes. Una cubierta compuesta por una malla triangular a modo de tablero de ajedrez, de triángulos alternos de luz y de sombra, que dotan a la estación de luz natural y que es soportada desde el exterior por grandes arcos en diagonal sobre el cuerpo del edificio.
Desde su inauguración en mayo de 2003, la estación de Delicias se ha convertido en un edificio emblemático de Zaragoza, que ha permitido conectar a la ciudad con Madrid en tan sólo una hora y veinte minutos y con Barcelona en algo menos de 2 horas. No en vano la estación de tren Zaragoza-Delicias ha sido galardonada con varios premios internacionales de arquitectura, como el FAD en 2004, el Brunel en 2005 y el Dedalo Minosse en 2006.
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3 comentarios:
Tienes razón, la estación es preciosa. Viajo mucho desde Barcelona y le da 100 vueltas a las catalanas.
Pero en cuando pones un pie en la calle se acaba lo bonito. Obras continuas (imagino que después de la expo las acabarám), problemas para coger taxi, transportes públicon insuficientes.... Una pena no habre acabado bién el trabajo.
Será todo lo bonia que queráis pero es inútil hasta decir basta.
Para empezar, es una estación muy fría en invierno y con demasiado calor en verano amén de una distribución de taquillas vergonzosa - no es normal esperar 30-40 minutos para comprar un billete de un tren regional y que encima la cola tapone el paso del resto de los viajeros
Es patético también que todo el mundo tenga que pasar las maletas por el escáner ya que si coges un alvia o un regional, el resto de paradas son en estaciones sin control de equipaje
Respecto a la situación, es otra pena. Si alguien ha conocido la vieja estación de "El Portillo", me dará la razón en que era una gozada salir en pleno centro de Zaragoza; pero en vez de dejarla como estación secundaria, la quitaron. ¿Qué pensariais si Atocha o Sants estuvieran a las afueras de la ciudad con una mala comunicación?
Podría seguir hablando mal de la estación pero creo que con esto es más que suficiente
Saludos!
Interesante lectura. Confronte reflexivos encuentros en:
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Es Ud. bienvenido.
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