Sábado maldito. Eso fue lo que debió de pensar mi amigo Crocker cuando el pasado sábado se vio con sus ciento y mucho kilos rodando por el suelo. Eso fue seguramente lo que debió de pensar mientras desfallecido trataba de sacar la cabeza de debajo de la arena, que amargamente salada le empanaba el paladar. Tubo que escupir varias veces mientras se incorporaba para sacarse la arena de las mismas entrañas.
- ¡Maldita tarde de sábado, maldita cometa y maldito viento! - Seguía pensando.
El Tibu en vano le apuntaba con la cámara, pues no podía parar de reírse y en ese estado casi catatónico no era capaz de sacar una buena foto.
Yo traté de advertirle que quizás fuera peligroso iniciarse en el mundillo de las cometas de tracción con vientos cercanos a los veinte nudos. Pero al Crocker todo aquello se la traía floja y la verdad es que yo tampoco quería perderme la oportunidad de reírme un rato. Así que le di unas cuantas nociones teóricas: que si la ventana de viento, que si las líneas de freno, que si el borde de ataque, que si esto, que si aquello...
Luego el Cro se preparó, calentó hombros, brazos y piernas cual deportista de élite y tirando de los mandos, comenzó a levantar la cometa muy limpiamente y sin apenas dificultad, para mi sorpresa.
Ya estaba la cometa en el zenit y yo trataba de explicarle como dirigirla de un lado para otro cuando de pronto, en un descuido, la cometa se viró: el borde de ataque hacia abajo y la cometa caía en picado a toda potencia. Entonces, acompañándola en su frenética trayectoria, el Crocker pegaba tremendo panzazo contra el suelo y salía arrastrado varios metros; hasta que, ya con la arena al cuello, reaccionaron sus anodinos reflejos soltando los mandos.
El Tibu y yo nos despollábamos de la risa...
- ¡Pero qué hijos de puta! - Debía de pensar aquella pobre sirena varada, inmersa en su sábado maldito.
Lo cierto es que desde aquel día Cro no ha vuelto a ser el mismo... Sus amigos ya no le llaman Cro, ni Crocker, ni siquiera el Chichas, como le llamaban en los viejos tiempos cuando querían meterse con él. Ahora le llaman algo más lindo y cariñoso. Ahora al mítico Cro sus amigos le han cambiado el mote y desde aquel sábado playero en su barrio fuenlabreño al Cro se le conoce como el Topillo de la Malvarrosa. ;P
6 comentarios:
He de añadir, en honor a la verdad, que después de tremendo hostión el Cro no se achantó lo más mínimo y volvió a volar la cometa varias veces. Eso sí, en cuanto se veía un poquito apurado plantaba el culo en la arena.
En cambio al Tibu se le quitaron enseguida las ganas de experimentar la fuerza de una cometa...
Títulos de las fotografías:
-Foto 1: ¿Nos hacemos unas pajillas?
-Foto 2: ¡Auught! Creo que me he roto el bazo...
-Foto 3: ¡Mecagoenmiputavida!
Ja ja ja ....
Y las niñas nos lo perdimos....
Eso sí, no nos libramos de los dolores de pecho, cabeza, hombro, externón, etc. que empezaron ese mismo día al volver de la playa a casa!
Excelente Blog la verdad me llama mucho la atención….
Hace poco empecé el mío
Se llama Bonjour Quebec
http://bonjourquebec.blogspot.com
Cualquier cosa estoy a la orden
Saludos y Éxito en la vida...
Alain
Gracias Alain!!
Me pasé por tu blog y quiero darte la enhorabuena por la labor tan práctica e interesante que estás realizando con él.
Saludos.
jajajajaja... buenísimo!!! es que cada vez q lo veo me meo de la risa... jajajaja
Una pena perderme tal acontecimiento, por lo menos estuve recreandome con las fotos de la camara del "topillo" :)
Publicar un comentario