Después de cuarenta días condenados a la sombra
hizo su aparición el sol y el levantino viento.
Los seres que habitan en la eterna primavera,
portadores de alas de mariposa,
pudieron acercarse sin temor al mar,
desplegar sus velas
y volar...
Hay qué ver cómo se me va la pinza algunas veces... Pues eso, que después de un largo mes sin poder sacar la cometa por fin ayer la lluvia nos dio un paréntesis. Así que al mediodía me acerqué a la playa, me comí un bocata de calamares y saqué un ratito la cometa. Fue breve, pero al menos me quité el mono que ya tenía.
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3 comentarios:
en mis dias de nena aventurera volar la cometa es desplegar las alas que no tenia pero que podia sentir, la sensacion de ver tus alas elevandose no tiene precio
No hago más que mirarme la espalda y no me veo las alas por ningún sitio, deduzco que se debe a que tu nos ves con otros ojos, con buenos ojos no cabe duda. Te aseguro que nosotros los que por aquí habitamos, solemos acercarnos al mar en toda época indistintamente de tiempo que haga, claro que adaptamos nuestra actividad al tiempo que haga………Saludos
PD.- Tímidamente te informo que esta empezando a circular mi - http://karroceria.blogspot.com/ - jejejeje……….ya se perfeccionara
Qué grata noticia, Karroza!!
Ahora mismo me paso por esa karrocería, que estoy seguro que tardarás bien poquito en dotarla de alas y en echar a volar...
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