14 de julio de 2007, sábado.
Desayunamos unos capuccinos con bollería en la via della Scala y nos cobraron un ojo de la cara por ocupar una pequeña mesita. Después nos acercamos a la estación de trenes Santa Maria Novella, queríamos informarnos a cerca de las posibles combinaciones con Pisa y Siena, ya que pensábamos realizar una excursión a estas dos ciudades el siguiente lunes. En la ventanilla de información amablemente nos indicaron que la mejor combinación es: Florencia-Pisa, Pisa-Siena con transbordo en Empoli y Siena-Florencia. En cuanto a los horarios no hay demasiados problemas, pues son bastantes los trenes que comunican Florencia con estas ciudades.
Después, junto a la estación, tomamos el autobús nº 13 que tras un larguísimo y pesado trayecto, ambientado por el vocerío y las risas de un grupo de adolescentes españoles hiper-hormonados, nos dejó en la Piazzale Michelangelo. Desde esta plaza, situada sobre una colina en la orilla izquierda del Arno, se disfrutan unas vistas maravillosas de la ciudad. Luego bajamos caminando hasta el Palazzo Pitti y en una frutería de barrio compramos unas riquísimas uvas, gordas y amarillas. Todavía me estoy preguntando de dónde vendrían en temporada tan temprana estas primeras uvas del año. Nos conformamos con ver la plaza y la fachada del palacio que fuera construido para la familia Pitti, rival de los Medici, pero es que son tantas las cosas que ver en Florencia que lo mejor es seleccionar si uno no quiere terminar saturado.
Cuando llegamos al apartamento aún era pronto. Descansamos un rato y después aprovechamos para lavar la ropa sucia en un Wash & Dry cercano. Para mi era la segunda vez que utilizaba una de estas lavanderías self service. La primera fue en Amsterdam, hace ya seis años, después de recorrer media Europa en tren. Estas lavanderías suelen ser un buen lugar para conocer viajeros de cualquier parte del globo o para charlar relajadamente con bohemios habitantes locales. Diana, en un "te cambio este poco jabón por el suavizante que te sobre", se hizo amiga de un simpático japonés.
En comparación con Nápoles y Roma (ya sé que las comparaciones son odiosas y esta además es simplista) la gente que hemos encontrado en Florencia es mucho más agradable. Siempre te atienden con una sonrisa. Además la ciudad por su pequeño tamaño y su gran belleza resulta muy agradable para pasear. No hay un tráfico excesivo de vehículos y la mayor parte del centro es peatonal. Lástima que su ambiente más tradicional se vea aveces empañado por la masificación turística.
5 comentarios:
Italia, Florencia... alguna vez seguró estaré allí, que envidia!
a ver si se me contagia algo de las grandes personas que vivieron alli!
Florencia, lo mejor del viaje sin lugar a dudas: la gente, el arte, la historia, la arquitectura...en fin, por todo!
Que pena estar tan gordita ya y no haber podido pasear más abrazados por sus calles llenas de descubrimientos arquitectonicos en cada esquina.
Hemos pasado 4 dia en Florencia y siguiendo tus recomendaciones fuimos a cenar a la Tratoria 'Il Giardino', nos atendió la simpatica mulata y cenamos muy bien. Yo llevaba impresos tus comentarios y le hizo ilusión saber que hablaban bien de ella y que otros clientes llegaban gracias a ello. Me pidió la direccion de tu blog y hoy se la he enviado.
Me alegro de que os fuera útil el post y que encontráseis un buen lugar donde comer y poder charlar en castellano con Liuva. Su nombre lo sé gracias a vosotros ;-)
Un abrazo, espero veros por el blog de vez en cuando.
Visitar Florencia es uno de mis sueños por cumplir.
Gracias por escribir este post.
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